DECLARACIÓN DE MANÍ
Los abajo firmantes, reunidos en las instalaciones de la Escuela de Agricultura Ecológica “U Yits Ka’an” de Maní, y preocupados por las consecuencias que traerá a las comunidades rurales del estado de Yucatán la puesta en vigor la Ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de junio de 2007, decidimos hacer pública la siguiente Declaración con las siguientes consideraciones, exigencias y propuestas:
CONSIDERACIONES
i. Los recursos fitogenéticos constituyen un patrimonio de la humanidad de valor incalculable y su pérdida es un proceso irreversible que supone una grave amenaza para la estabilidad de los ecosistemas, el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria del mundo.
ii. Los agricultores hemos sido durante miles de años los creadores de miles de especies y variedades útiles para la alimentación y otros usos humanos mediante la interacción constante con la naturaleza que nos ha provisto de un invaluable patrimonio cultural y biológico.
iii. Las semillas agrícolas son el producto del conocimiento, la observación y la experimentación colectiva de nuestros pueblos, y mediante complejos sistemas de intercambio hemos mantenido la enorme diversidad de plantas y animales que existen y, como consecuencia directa de ello, también las herramientas de trabajo artesanal que utilizamos.
iv. Estos “saberes” ancestrales y el producto material: las semillas, nos proveen de una diversidad de alimentos, algunos de ellos amenazados en la actualidad y otros en riesgo de desaparecer.
v. Durante los últimos 20 años, la agricultura comercial ha puesto en riesgo este patrimonio a través de la imposición del monocultivo, del desplazamiento del cultivo de especies locales por especies para exportación y del control de las semillas a través de los derechos de propiedad intelectual.
vi. Las semillas campesinas son dignidad, cultura y vida por lo que nos sentimos con el derecho de decidir las formas de intercambio y/o venta de este nuestro patrimonio, heredado de nuestros ancestros y del cuidado e intercambio de muchas generaciones de campesinos y campesinas.
vii. El gobierno del estado de Yucatán, desde hace varios años, ha permitido la venta de miles de hectáreas de tierra a la transnacional Monsanto para establecer parcelas “demostrativas” de cultivos transgénicos que están contaminando los cultivos criollos, y ha favorecido el establecimiento de cultivos de Jatroca Curca en 1,500 hectáreas de nuestro estado, planta que servirá para la producción de agrocombustibles y que se cultiva con una enorme cantidad de agroquímicos que contaminarán los subsuelos del estado. Todas estas medidas se han hecho sin informar públicamente de los perjuicios que estas acciones traerán para los campesinos y campesinas mayas y las consecuencias desastrosas que arrojarán para el equilibrio del ecosistema. Ante todas estas consideraciones
EXIGIMOS
1. La derogación de la Ley de Semillas de 2007 que es una trampa para beneficiar solamente al capital transnacional y que profundizará nuestra dependencia alimentaria. Nuestros pueblos son dueños de sus semillas y estamos acostumbrados a intercambiarlas, compartirlas y comerciar con ellas de manera autónoma. Queremos que esa autonomía se conserve y sea respetada por el Estado.
2. Que ninguna ley que afecte a nuestros pueblos indígenas sea aprobada sin respetar nuestro derecho a una consulta informada, reconocido en el derecho internacional de los derechos humanos.
3. Que el gobierno deje de ser cómplice del proceso de privatización de las semillas criollas que nos hace dependientes de las empresas transnacionales y, en cambio, adopte las medidas necesarias para garantizar la soberanía alimentaria de la nación y la conservación del patrimonio cultural de nuestros pueblos.
4. Que se prohíba el ingreso de semillas transgénicas en nuestro Estado. Para alcanzar estas exigencias presentamos las siguientes
PROPUESTAS
1. Declarar a las semillas criollas “Patrimonio cultural y biológico” para conservar los recursos genéticos in situ tanto vegetales como animales de cada región, dejando sin efecto los derechos de propiedad intelectual parcial o total sobre los mismos, a fin de que nuestros pueblos puedan hacer un uso responsable de ellas.
2. Crear estímulos para programas de educación y capacitación sobre el manejo y conservación de los recursos genéticos locales, tomando como base los saberes campesinos ancestrales.
3. Promover la producción y distribución de semillas y animales domésticos en pequeña escala para coadyuvar a la soberanía alimentaria de los sectores más vulnerables.
4. Crear bancos locales de semillas con la mayor diversidad de variedades criollas de cada región y que dichos bancos estén en manos y sean administrados por las y los campesinos y no por entidades gubernamentales.
5. Fortalecer los programas académicos de las universidades que tienen como ámbito de acción el estado de Yucatán para que promuevan alternativas tecnológicas enfocadas al manejo sostenible de los recursos genéticos como: la protección a la biodiversidad agrícola, la producción de alimentos, la recuperación de especies vegetales y animales nativas, además del rescate de los saberes tradicionales asociados, mediante la producción de semillas de polinización libre entre otros.
6. Fomentar el multi-trueque de semillas, animales domésticos y herramientas de trabajo mediante ferias y/o visitas convenidas entre comunidades, así como el intercambio de saberes y experiencias entre las comunidades mayas de Yucatán.
7. Elaborar programas de radio comunitaria dirigidos a resaltar la importancia de nuestra riqueza cultural y biológica de las diversas regiones, así como la participación activa de la población en el manejo y conservación de las semillas criollas.
Mani, Yucatán, septiembre de 2011
Esta Declaración de Maní, estará circulando para solicitar firmas de adhesión hasta el día 7 de octubre de 2011. Si deseas suscribir esta declaración envía un correo a raulugo68@hotmail.com con tu nombre
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